Dado que el mercurio es una sustancia peligrosa, normalmente su uso está prohibido en equipos eléctricos y electrónicos, pero se permite de manera excepcional en cantidades limitadas, por ejemplo, en lámparas fluorescentes compactas.
El mercurio solo podría salirse del interior de las lámparas si se rompen accidentalmente o se desechan junto con los residuos domésticos. Si los consumidores llevásemos las lámparas fundidas a puntos de recogida, el mercurio que contienen se reciclaría y no se emitirían al medio ambiente.
Aquí podemos ver el encendido de un tubo fluorescente de 18w con el equipo electrónico de una lámpara compacta de bajo consumo también de 18w.
Realizado por los alumnos del ACE de Leganés, Enrique Tierno Galván de Leganés, Madrid.
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